martes, 23 de noviembre de 2010

Tigre por un día. El Juego.

Después de ver el sin sentido de bailes de las edecanes, por fin se dio el pitazo inicial.

Mucha gente aplaudiendo. Los Libres y locos empezaron a hacer su función. Un juego muy dinámico por parte de los tigres. Dominio total de la media y de la defensa. Todo se frustraba en la delantera.

Poco a poco me fui compenetrando en el juego y me llene de emoción. Quería que el equipo de casa ganara. Una mala intuición me decía que quedarían 3-1, Marco solo atino a decir, “Dios te oiga”. El guey no puede parar el promedio de 20 guerras anuales así que lejos estaría de controlar ese juego.

Veía al negro de Itamar de cascarita. Nomas esperando el balón. No hacía por regresar quería que le mandaran un pelotazo. Se me hizo raro ver las jugadas que siempre llegaban por los laterales. Como que sabían los compañeros de Itamar que si entraban por el centro a final de cuenta se la pasarían y si, terminaría cagandola. Lo evadían demasiado y aun así tuvo varias oportunidades. La verdad corría solo a lo pendejo. Me empezó a desesperar casi al momento. No había visto tan peor jugador inclusive en el llano. Estorbaba tanto que mencione que ese guey hasta a la defensa del equipo contrario le estorbaba.

Me estaba miando pero no podía de perderme ningún momento del juego. Ya estaba penetrado en la emoción envolvente de la afición felina, quien se encontraba en cierta tensión.

En cierta circunstancia inusual el balón término con Itamar en la zona de corner y a cada paso se acercaba a la banda dándole la espalda al defensa del equipo contario. Todos callados inclusive hasta los libres y locos termine explotando sacando de mis pulmones un grito de impotencia. “¡Mueveteeeeee….. Mueve Guey!!!!” Nadie dijo nada. Lo que supuse es que toda la afición ya se había desgastado a tanto grito durante el torneo. Marco trataba de sacar sus cartas, diciendo que lo cambiaran por otro, aunque el bien sabía que no existía ese otro. Le mencione que serviría hasta algún defensa de la banca o cualquier reservista que de jodido se moviera destanteando o estorbando a la defensa. No ese guey que hasta estorbaba no porque él lo provocase, si no porque hasta a los defensas del equipo contrario tenían que rodearlo para seguir en su camino normal a la jugada.

Opte por ir al baño. Mal pedo las butacas, casi piso a todos al pasar por ellas. Iba en la puerta de salida cuando cayó el gol del equipo contrario. Mal pedo. Cuando regresaba escuche varios comentarios de la raza hablando mal de Itamar. Le dije a Marco que no volvería irme a miar en medio del juego. Ya había caído el primer gol, solo faltarían los otros tres del pronóstico.

Medio tiempo. Concursos de la raza contra botargas cruzando ciertos obstáculos. Que patético.

Inicia el segundo tiempo. Más de lo mismo pero de lejitos, ya que la delantera de tigres estaba del lado norte del estadio.

Entre los canticos de los Libres y Locos cantaban “Vamos negro… no se qué. No les entendía muy bien pero según ellos alentaban a Itamar a que anotase un gol. Eran los únicos que creían en el. Ante las evidencias mostradas la realidad era que si ellos creían en esa deidad en donde quedaría Dios. Así de ciegos estaban.

Termine haciendo la ola.

Ya para acabar el portero de tigres quiso subir en lo que sería quizás la última jugada. Sacaron el balón de volada que termino regresando a su portería. Se dio otra jugada como esa y el portero esta vez sí pudo subir hasta el área contraria. Toda la afición emocionada coreo al unisonó “ti gue res”. Fue el apoyo más fuerte. Como todo mexicano, hasta el último ya cuando se ve todo perdido apoyaron.

El gol entro, pero fue anulado por una falta de portero a portero. Casi de inmediato se acabo el juego. La gente se fue triste.

Mi pronóstico fue errado. Yo creía en los tigres y en el 3 a 1. Pero peleaban mis vibras contra las de decenas de miles de aficionados que no creían en “sus pinches tigres”. Oportunidades de gol no sé, pero de perdido hubo como 10. No tengo la culpa que ese pinche negro estorbase yo creo que hasta a los camarógrafos.

Que me escuchase gritarle Itamar y que lo alentara a jugar es una cosa. Vos, apoyo, simple. Para que vergas me tiene que escuchar dios.

“Dios te oiga” Mamadas.

Los hechos.

Todas las chicas hermosas que estaban en el estadio que se hablen con la neta. Sin quieren que la raza las vea váyanse a un teibol, déjense de mamadas.

Todas las Ñoras que estaban en el estadio no escogieron mejor novela y de larga duración que la de los Tigres.

Papa tigre, no jodas la vida a tu hijo inculcándole la afición tigre. Es mejor que salga joto o pendejo, que vivir su infancia, pubertad, adolescencia y vida adulta sin ver campeón al equipo.

Espero ver algún día una lágrima de felicidad en un tigre, y no tanta tristeza alrededor.

Cuando vi a Tomas Boy diciendo cuanta cosa a la afición al acabarse el juego y esta respondiéndole al unisonó “Puto”, a lo cual me incluí, vi en que acaba un jugador que le dio tanto a ese equipo en los 80´s, por ende eso significaba el todo de lo que es la institución y la afición. No cabe duda que para que Tigres salga a adelante se debe de hacer una limpia general, inclusive hasta de afición, o de ciudad, no hacen más que avergonzar a San Nicolás.