martes, 16 de noviembre de 2010

Tigre por un día. El inicio.

La vida en Villa de García es muy simple. Con ciertas reformas se culturizo la zona y lejos de que se convirtiera en un chiquero como Villa de Juárez se hizo lo propio por controlar los lugares de “mala imagen”. Así se quito la zona del 45. Congal múltiple casi como una zona roja. Los depósitos cierran a su hora. No hay más que dos pares de cantinas, un par de ellas de mala muerte.

Eso me obligaba a salir cada fin sin saber que encontrar en Cd. Capital. Monterrey. Terminaba algún día con un familiar, otro fin con otro, con un amigo y así. Hubo un sábado que saliendo de García me llamo la atención tres tristes tigres. Que se subieron con sus banderas y empezaron a cantar. La gente del colectivo se incomodo. No por que fueran haciendo mucho desmadre, era entendible que su júbilo por los tigres se hacía notar, pero era patético que Villa de García contase con solo tres tristes tigres.

Al ir viajando me dieron ganas de ir al estadio y pensaba hacerlo. Los tres tristes tigres se bajaron para unirse a un grupo más numeroso en Sendero Lincoln, fue ahí cuando concilie el sueño y al despertar ya en Fidel Velázquez cambie de opinión.

Fue en otra ocasión un tiempo después que también en Fidel Velázquez me dieron ganas de ir al estadio. Pensé si era posible si hubiese boletos, por el hecho de que sabía que los tigres ahora con su Técnico amargado estaban repuntando. Me dio hueva caminar tanto para que me desilusionara así que otra vez cambie de opinión al último momento.

Hace unos días en el jales estaba un sábado con la idea de sacar del empeño mi lap (larga historia que luego contare) Por x o mangas no la pude sacar y ahora tenía “lana de sobra” Fue en ese preciso momento cuando lo de la Lap top no se hizo cuando me llego un mensaje de Marco, un amigo que me invitaba a ir a ver a sus tigres ya que le sobraba un boleto.

Tenía poco tiempo para llegara Cd. Capital. Hora y media para ser específicos. El colectivo no pasaba y termine yéndome en un Taxi de a diez.

Los Taxis de a diez en García son vehículos de cualesquier tipo, menos trocas, que llevan y traen gente a Santa Catarina por 10 pesos. 2 pesos más que en el colectivo normal, solo que mas cómodo y más rápido.

Mi cita con el Marco era a las 5 en la estación del metro Cuauhtémoc. Aun había tiempo. El vehículo era una Mini Van conducida por una Ñora que se le podría apodar la Ñora de la sonrisa eterna. Esa sonrisa fue la que me dio a entender que ella iba para con un familiar o a un asunto a Santa, y que aprovechando el concepto de “los de a diez” agarraría para la gasolina de su viaje personal. Nos subimos tres tipos, una mujer y su niña además de una chica. Yo me fui adelante con la Ñora de la sonrisa eterna. La Van sonaba ya a punto de tronar el diferencial, mal pedo. Eso no le importaba a la Ñora de la sonrisa eterna, debido a que ni puta idea tenía supongo del asunto. Yo solo iba con el martirio que si se quedaba tirada la unidad eso con llevaría a retrasar mi viaje a ver a “mis pinches tigres”.

Insistentemente en el camino ante los transeúntes la Ñora de la sonrisa eterna se paraba tratando de subir más gente. Llegamos a la carretera a Saltillo pasando la Universidad Tecnológica hay una franja de libre circulación y la Ñora se paso el rojo al no irse por el carril correcto. Mal pedo, un tránsito la paro por la acción. Ya antes había bajado a la mujer y su niña.

Fue la conversación más patética ante un tránsito y me recordó aquel día con Kike el puñetin, cuando lo multaron y solo el oficial y Kike se quedaban viendo y nadie se atrevía a soltar la indirecta. La Ñora no tenía papeles, y su licencia estaba vencida. Era grúa de cajón. Los minutos pasaban y cada vez me inquietaba, Seria la tercera vez que me perdería a “mis pinches tigres”.

Fue en la oportunidad que se dio al irse el transito atrás del vehículo cuando aprovecha para darle mi diez a la Ñora diciéndole que tenía prisa ya que tenía que ir a Cuauhtémoc. La chica menciono que ella también. Todos se bajaron. Mal pedo. No quería que se viera que estaba haciendo labor de Taxi. En García es permitido pero en Santa no. Así que mínimo el moche ante el transito debería de haber sido de mil pesos.

Le dije a la chica que si la llevaba ya que iba para el mismo rumbo. El taxista me tiro rollo del porque de lo del tránsito y que si veníamos de viaje etc. etc. Ya se había dado una idea de lo que sucedía antes de que lo abordáramos. Según él. Le explique el asunto y no entablamos mas platica hasta no llegar a mi destino.

Me baje un par de calles antes ya que la chica iba al hospital OCA, como no sabía llegar en camión por ese rumbo de la ciudad le dije que el Taxi a lo mucho le cobraría 10 pesos más, para que ella le siguiera y le di 100 pesos. No platique con ella, pero por su apariencia y hechos supuse que trabajaba de practicante en el hospital. La linda chica se fue agradeciéndome. Yo solo me retire diciéndome, “Porque seré tan buena persona”

A lo lejos vi al Marco con su playera de Tigre. Seria Tigre por un día.