martes, 16 de noviembre de 2010

Estado de guerra. Un artículo sobre la paranoia colectiva causada por la guerra del narcotráfico.

Dicho común, mientras más preparado estés, mas responsabilidades. Los frutos que disfrutas de esas responsabilidades es lo que te lleva a seguir adelante.

Así bien, es el estado colectivo de la sociedad regia ante la “violencia” generada por el Narcotráfico lo que te sugestiona a tener el temor simple de salir. Resumen, mientras más te informes de lo que pasa alrededor más paranoia, ese es el fruto.

Violencia entre comillas por algo simple. No es un término implantado por el gobierno u ONG, como lo es “gente con capacidades diferentes” o “el adulto mayor”. Es un estado de guerra y lo que conlleva ese estado. No es simple violencia social.

He tenido cero informaciones de medios desde hace meses. Por falta de internet, por falta de televisión. Y no siento esa paranoia. La situación es grave debido a que la chispa social está encendida. Puede suceder en cualquier momento. En un estadio, en un teatro. Algún suceso que genere tumultos la gente morirá aplastada o asfixiada. Esa falta de información por asi decirle mitotera, la de los medios de comunicación, no me ha excluido de enterarme de lo que pasa a primera mano en las carreteras del país, en el monte, en las calles de la ciudad. Sin correo, sin cadenitas, sin nada, simplemente platicando con aquellas personas que lo vivieron me he enterado de lo que pasa en realidad.

Aquellos que luchan contra el narcotráfico lo saben. Se mueren más que en Irak, habría que pensar o tomar las precauciones como iraquí. Los soldados en las calles citadinas están constantemente tensos, para ellos todos son sospechosos. Para ellos todos son halcones. No pueden ver a alguien usando su Nextel en la calle para que se pongan tensos. Viven en un estado de alerta constante. Y ese mismo estado de alerta es lo que los doblega cometiendo violaciones a los derechos humanos. Obvio, soy de aquellos que las violaciones a los derechos humanos en un estado de guerra no tienen sentido, cerrado el tema.

En Irak conocemos las estupideces de los militares, así como en Afganistán. Eso mismo pasa con los soldados mexicanos. No es el campo militar lo que te hace fuerte, sino la guerra en sí.

Esa impotencia, esa “violencia”, ese estado de nerviosismo, esos hechos no narrados comúnmente lo posteare con los siguientes títulos.

Bon Ice. Espionaje militar de alta especialidad.
¿En donde esta mi general?
Balacera fantasma.
Mi jacalito. Butaca de primera fila en el teatro de guerra.
¿Qué hacemos mi General? ¡¡¡Arremánguele cabron, no le afloje!!!
Te tocaba la muerte, vale madre que seas egresado del Tec. (Crónica de una emboscada)

Es así como reinicia de nuevo el Blog del Chavo, después de algunos meses de ausencia con personajes nuevos, mas fresco, sobretodo, renovando mi mente.