viernes, 19 de noviembre de 2010

Cagando a conciencia.

Llegue a la casa tan cansado. No recuerdo él porque, si por el cotorreo del día anterior o no se. Cuando llegue a casa ya a las 8 de la noche y al cambiarme de ropa haciendo frio, me di cuenta que no había rollo. Pensé que mi recto aguantaría ya que no me andaba la gran cosa. Me dije que amaneciendo compraría papel higiénico aun sabiendo que las tiendas abren a las 8. Dormí muy placenteramente y eran las 5 de la mañana cuando desperté. Me empezaron a dar ganas de ir al baño pero me dije, “no es la gran cosa”

Me puse a leer un libro y al cabo de una hora ya había un problema grave. Era un dolor nunca antes sentido. Duele no por el mazacote de mierda que tienes, sino por la circulación de los gases que al no dejarlos escapar por que pudiese irse con premio hacen cierta presión que agh. Duele.

Caminaba entre mi cuarto y la sala tratando de que se me bajaran las ganas pero era imposible. Me vestí preparándome para irme al trabajo y cagar ahí. No había otra opción, no habría ninguna tienda abierta e irme en Taxi por un rollo seria ya demasiado. Estaba a punto de salir de la casa cuando me dije de los pedos mentales que controlan el cuerpo. No podía controlar nada, y sabia que mientras habría la cortina del jale y agacharme o al abrir la puerta no pudiese aguantar.

Eso me recordó aquella ocasión cuando cague de niño en Dr. Arroyo, al no haber nada opte por limpiarme con una piedra. Eso lo pensé, que podría limpiarme con cualquier cosa, el problema es que no había nada. Inclusive pensé en el Mack, un viejo camarada que tenía la costumbre de no limpiarse cuando sabia que tenía que bañarse en ese momento. Decía el, que era inútil ya que se bañaría y así no desperdiciaba el rollo. Casi le hago caso a su mentalidad pendeja.

En eso pensé en la limpiada más suave que pudiese haber existido. No podía más. Vi una camisa que ya no me servía, agarre unas tijeras y me metí al baño. Me senté y libere toda la presión jamás existido en mi recto. Sería la mamada para un pinche joto sentir eso, pero yo en el baño de la casa, en Villa de García solo optaba por decir “¿Que puta verga ando haciendo aquí?” Ya liberada la presión opte cagar a gusto y a conciencia. Mientras cortaba cada uno de los botones de la camisa con las tijeras, pensé, “No vaya a ser que se me encajara uno en el culo”

Así, termine limpiándome con partes de una camisa. Fue la limpiada de culo más suave que haya tenido. Madres de los papeles ultra suaves y con perfume y la puta que te pario.