martes, 23 de noviembre de 2010

Te tocaba la muerte, vale madre que seas egresado del Tec.

Dejémonos de imágenes legendarias, como por ejemplo Don Eugenio Garza Sada impulsando el proyecto del Tec dándole los valores que por mucho perduraron. La gente del Tec actual no debe de esconderse tras esa sombra de valores no existentes en la institución. Peor aún, no puedo decir nada de la sociedad que piensa lo importante de esos valores para con el Tec. Falso. No es más que una institución más como la UANL y las decenas de universidades de la ciudad. Esa calidad educativa, esos valores, están degradándose a pasos grandes en la última década. Lo que me incomoda es que si muriese algún estudiante de otra universidad no se le daría la importancia debida. Esto no lo digo por los estudiantes del Tec muertos en sus instalaciones en meses pasados. Hablo del tema por lo que le sucedió al Arquitecto en García quien fue egresado del Tec. Que si ese arquitecto fuese de la UANL, solo dirían los medios, “Murió un arquitecto” y no le agregarían de donde se había graduado.

En fin, el Arquitecto en cuestión murió por que le tocaba. No fue parte de la violencia generada, fueron una serie de destinos cruzados por lo cual su muerte era inevitable. Algo así como un programa diseñado por Dios en donde le dio Enter y solo corrió el programa mientras se envergaba como sacar de la porcentual a los Tigres. Aquí la crónica.

Años atrás líderes populares movilizaron a la plebe a posesionarse de unos terrenos rumbo a la carretera a Icamole. Esos terrenos tenían dueño. La gente se estableció y perduro. Algunos ya contaban inclusive con fincas ya bien establecidas. Así bien, los terrenos pasaron al parecer a otro dueño quien tenía planes los cuales desconozco. Por ende el dueño pidió en base a un oficio apoyo en el Palacio de Justicia para el desalojo, quien a su vez apoyo la iniciativa del mismo con las instancias oficiales, por ende la corporación policiaca de García los apoyo para tal efecto.

El día del desalojo llego. Algunos se rehusaban, pero la mayoría cooperaba por el hecho de que muchos meses atrás ya se les había advertido.

En el día dos del desalojo todo transcurría normal. Los terrenos estaban ubicados a un costado de la carretera a Icamole. Hubo un buen civil que en base a la paranoia colectiva de la guerra contra el narcotráfico, llamo a la SEDENA reportando un reten policial ilegal en la carretera a Icamole en cierto kilometro. No había tal reten policial, eran las patrullas de la policía esperando ordenes para actuar en el desalojo.

El convoy militar se dirigió a los hechos reportados por el buen civil. La inteligencia militar fallo al tratarse de una carretera algo solitaria y sin checar mas se dirigieron en busca de supuesto reten ilegal.

El Arquitecto se encontraba en las inmediaciones de los terrenos yendo y viniendo agilizando el desalojo. Para ello se trasladaba de un lugar a otro en su camioneta a gran velocidad.

Por sus funciones normales un par de oficiales de policía vestidos de civil y armados, quienes fungían como supervisores policiacos estaban en el lugar de los hechos en ese preciso momento.

El convoy militar se acercaba al punto del supuesto reten. De lejos al contrario de ellos por la terracería el Arquitecto se desplazaba por la misma a gran velocidad levantando una columna de polvo atrás de el.

El convoy lo que vio fue un grupo de policías con sus patrullas sobre la carretera, a unos “civiles” armados, quienes eran los supervisores policiacos. Además en ese preciso momento en que llegaban el Arquitecto a gran velocidad se acercaba. Lo que pensaron los militares fue en una emboscada. Un certero disparo anulo al Arquitecto. Así fue como murió el Arquitecto de los terrenos de García, por una serie de hechos que encaminaron el destino a su muerte.

End if… Dios batallaba para programar el sistema de los tigres. Ahora se dedicaría a ayudar a los militares en tremendo error, pero esa es una historia que nunca contare.