jueves, 7 de abril de 2011

Todo quieren cobrar 4.

Adolfo se trasladaba en el vehículo de la empresa en la que trabaja. No hace mucho, fue el domingo pasado.

Circulaba por la carretera y vio un vehículo estacionado al lado de la carretera. Pensó que ya después de hacer su trabajo regresaría y le quitaría el radiador y la pila para venderlos al kilo.

Estaciono su camión y le lanzo una piedra al vidrio. De pronto, un viejito espantado empezó a gritar.

-Espérense espérense no me hagan daño.

Adolfo se saco de onda, pensó que nadie estaba cuidando el vehículo. Sacado de onda se le ocurrió lo primero y más común en él.

-Agáchese hijo de su pinche madre y no le va a pasar ni madre.

Pronto, se subió a su pesada unidad y huyo del lugar.