domingo, 24 de abril de 2011

Chavo Jones. La Palma Cap 2.


Caminamos silenciosamente al punto. No es más de 300 metros de donde dejamos la camioneta. Ramón piensa un poco. En la noche toma algunas referencias de las luces de los ejidos vecinales, hasta que da con la palma indicada.

Las varas de radiestesia nos guiaban al punto sin ningún problema. Todo coincida, las señas de el además de la cuadratura del lugar. El punto fue ubicado a unos 8 metros de la palma.

Relataba Ramón que cuando salía la lumbre era tan intensa que iluminaba a la palma. Mencionaba que mientras él veía el fenómeno lo compañeros de trabajo que estaban alrededor de él no la podían ver. A excepción de uno más no había quien corroborase lo que decía Ramón. Eso no era lógico. Cuando se da la lumbre no es un fenómeno paranormal, sino físico. Así que eso no cuadraba con las referencias de una posibilidad de que hubiese oro.

Hablamos un poco de la historia del lugar, lo que había sido siglos atrás y las leyendas que se cuentan al respecto.

En un principio Ramón se mostraba un poco renuente de acercarse al punto. Primero mencionaba que solo dos personas se metieran al terreno, pero poco a poco lo fuimos convenciendo que entrásemos todos.

Pronto se empezó a ver la avaricia del grupo. Fue el comienzo de una serie de diferencias que marcaron la división del mismo. Para empezar, lo especial del punto fue ideal en esta empresa que estábamos formando para depurar las ideologías y profundizar en ciencias ocultas nunca antes tomadas en cuenta por nosotros.

Pepito y Joaco hacían uso de las varas, mientras que Juan Hipnosis hacia uso del aparato. Tardaron no mucho en definir el punto, pero Pepito quería corroborar las dimensiones del mismo. Se supone que cuando te marca un solo punto es eso, pero aún puede marcar en un cuadro de por metros. Pepito quería cuadrar todo el cuadro y eso ya lo habían hecho, mas sin embargo quería cuadrar todos los puntos en medio de ese cuadro para cerciorarse de que estábamos hablando de un solo objeto. La situación era un poco patética, ya que las varas nos habían guiado desde cientos metros atrás. El tiempo se perdía y ya cuadrado el cuadro por líneas formadas con el talache, Juan Hipnosis empezó la excavación. Pepe mencionaba que nos esperáramos para cuadrar como él quería. Todos estábamos en desacuerdo y Pepito termino por desesperarse. Opto por disgustarse y me entrego las varas diciendo que ya no volvería a marcar y que le hiciéramos como nosotros quisiéramos.

Vi en su rostro un profundo coraje al respecto. En realidad en el tiempo que tengo de conocerlo nunca lo había visto molesto. Le dije que se dejara de mamadas y que se quedara con las varas. Por su parte transcurriendo un poco de tiempo para calmarlo un poco le pedí las varas para corroborar de nueva cuenta el punto lo cual nos dio positivo.

Nos turnábamos para escarbar. Todos estábamos activos a excepción de Ramón. Qué bien si quería trabajar, pero no le dábamos chanza de agarrar tanto el talache como la pala. El terreno era especial. Más dureza no podía haber en el lugar, que al introducir el talache no se metía a la tierra no más de una pulgada, siendo que no había piedras en el lugar. Sobre el tipo de terreno no daré más detalles de que había en el lugar siglos atrás.

Note que cuando uno salía del pozo la raza optaba por agarrar la pala. Siempre es sabido que es menos chinga la pala que el pico. Nunca dije nada y ellos se dieron cuenta por si solos. Se violaba incluso la continuidad ya que para no soltar la pala hasta se adelantaban de turno con tal de que a la siguiente no les tocase el talache.

Joaco se dio cuenta al ser el mismo al que le ganaban el tiro y termino por explotar.

Joaco.- Chingada madre como se nota que nomás quieren agarrar la pala.

Solo atine a confirmarle que desde un principio me había dado cuenta. Ahora la raza le era más difícil sordearse al respecto.

Ramón constantemente decía que no lo dejaban trabajar. Realmente le dábamos las herramientas por ser ya mayor y que no se chingoteara tanto. Pero insistía mucho al respecto que hasta a Pepito harto y termino diciéndole “Ándele, si quiere trabajar échele ganas”

Vi cierto enojo en Pepito. Me extrañaba y esperaba lograr comprender el asunto. Mostraba claros indicios de paranoia post trauma después de descubrir un tesoro. Esa paranoia podría encaminarse incluso al asesinato ya descubierto el mismo, con tal de apoderarte de todo el trofeo.

“Ándele, si quiere trabajar échele ganas”

Ramón agarro el talache y muy animado se introdujo al poso diciendo “Van a ver que yo lo voy a sacar”

“A ver si es cierto Ramón. ¡Échele ganas!” Le dijo Juan Hipnosis apoyándolo al respecto Pepito.

Estaba sentado junto al Joaco en el lado Este del pozo y el aire nos daba de frente logrando pasar el mismo por el poso.

Chavo.- Hee huele a pedo. ¿Quién se echó un pedo?

Joaco.- Si guey da el olor muy gacho no mamen.

Juan Hipnosis se encontraba en el lado sur del pozo cuando noto el mismo olor. Pepito se encontraba por el lado norte llegando al poso cuando un poco exaltado dice “Hee huele muy gacho vámonos son los gases”.

En eso Ramón empieza a doblegar las rodillas dentro del pozo. Los efectos de los gases le estaban haciendo efecto.

CONTINUARA…