lunes, 25 de abril de 2011

Chavo Jones. La Palma Cap 4.


Ramón veía todo nuestro entusiasmo en la empresa. Al notar ello no hizo más que seguirnos en nuestra aventura. Al caminar hubo una pequeña reunión entre Pepe, Juan, yo y Joaco en donde Juan Hipnosis aclaro que lo que encontrásemos seria para Ramón al 100%, y que lo que fuese su voluntad en darnos estaría bien recibido. Lo anterior, debido a que él había sido el que había visto la lumbre y era al que le sucedían todas las cosas. Pepe acepto sin chistar. Yo igual acepte sin ningún problema, lo que buscaba yo era la experiencia del primer tesoro y todo lo que sucediese alrededor. Pero la verdad es que Juan hizo mucho hincapié en ello, que termino por molestarle a Pepito. Fue esa actitud de Pepe que Juan tomo como indicio de avaricia lo cual origino la discordia en el grupo hasta nuestros días.

Al buscar un tesoro se debe de tener ciertas cualidades. La principal ante todo es la falta de avaricia. Creencia en lo que se hace y análisis del todo de lo que sucede. En aquel tiempo no sabíamos mucho del tema. Ya teníamos metido en el asunto un par de meses y sentíamos que habíamos avanzado demasiado en tan poco tiempo. Y así lo era de cierta manera, ahora sé que sabemos más de aquellos experimentados que incluso ya han sacado tesoros. Eso en estos días, en aquellos días de la Palma, solo teníamos dudas y ciertas creencias de lo que nos contaban los más experimentados.

Se empezó a escarbar con las debidas precauciones. Muy rusticas pero de cierta manera algo seguras. Se impregno de Vinagre una camisa misma que el que se metía al pozo la usaba de tapabocas. La realidad es que no estábamos preparados. Nos faltaban máscaras antigases, alcohol, guantes de látex, vitaminas, y muchas cosas que nos pasaron por alto por ir a agarrar la aventura alcoholizados.

Existen muchas creencias sobre los efectos de los gases. El oro al ser enterrado por mucho tiempo y dependiendo de la aleación con la que cuente no se vislumbrará totalmente dorado al descubrirse. Las monedas o lo que fuese tendrán un color verdoso. Es ese color verdoso natural por transparencia y es negro o rojo en estado pulverulento. Las monedas oxidadas podrían tener de forma escasa residuos de Mercurio y Cianuros. Para contrarrestar los efectos de los gases o polvos se usa Acido Acético o Vinagre. La lumbre que se usa en las excavaciones no es tanto para quemar los gases, sino para que los gases calientes se disipen hacia arriba y abajo solo quede aire frio, la realidad es solo para que circulen los gases y liberen al pozo de los mismos. A su vez, el principal indicio de la presencia de un tesoro por todo lo anterior es el olor a cañería. Como no es muy común en la vida de uno ese olor, lo deducimos como olor a una flatulencia, solo que es un olor apedo nunca antes percibido por nosotros. Se dice también sobre los efectos de los gases que obvio son mortales, pero ciertos expertos en metalurgia mencionan que se necesitarían 3 toneladas de oro para que fuese mortal por los gases generados. Aclaremos que estamos hablando por los gases generados, no por el polvo generado.

Aquí el problema de la duda reside en todas las personas que han muerto en la búsqueda de tesoros. Por un lado están los espíritus. Son entes que deambulan por lo general un tesoro. Están diseñados para proteger el mismo y están ahí debido a un conjuro generado por aquella persona que lo escondió. Pueden manifestarse por personas o animales, dependiendo que sea lo que haya sido enterrado junto con el tesoro. Por lo general mientras más cerca se este del objetivo más fuerte es la presencia de los espíritus, con tal de provocar que la persona se retire del lugar por miedo. Muchas de las ocasiones al llevar brujos capaces de comunicarse con los espíritus mencionan que si se puede escarbar solo que se llevarían a una persona del grupo de trabajo. Ello quiere decir que el espíritu en cambio del tesoro pide a una persona del grupo que morirá posteriormente. La cantidad depende de lo que diga el espíritu. Ahora bien. No es que el tesoro este destinado de tal manera. Es el espíritu atrapado por ese conjuro que pide la compañía de otro espíritu, en este caso de la persona que le tocara la muerte. No es un trato entre el que enterró el tesoro y el que lo descubre, es un problema de los espíritus para tener compañía o para liberarse del conjuro, dependiendo de cómo se haya realizado el mismo.

Estamos hablando de dos indicios de muerte, una sugestiva y otra emocional. Se puede fallecer por el hecho de la impresión de ver a un espíritu al lado de ti mientras se escarbe en el poso. La adrenalina sube y los cambios en la química pueden provocar la muerte a las pocas horas o a las semanas del suceso por la impresión. La sugestiva es generada por el grupo. Al enterarse que uno morirá o varios hacen sin querer un proceso de selección tipo Reality y le echan el ojo al que no quieren, y así la maldición recae en esa persona. El hecho es que nunca se escarba cuando existe una advertencia al respecto, y se necesita tener brujos de alto pedo para deshacer el conjuro o lidiar con el espíritu.

La otra muerte es física. Puede suceder y es la más normal según tengo entendido por lógica. Sucede que los polvos generados en las monedas pueden tener residuos de Cianuro. Estos al tocarse con la mano y posteriormente inhalados por accidente pueden ser mortales. Además, los poros de la piel debido al sudor se abren y los polvos pueden entrar al cuerpo. Debido a ello se necesita por precaución alcohol para rociarse en la piel y lo frio provocase que los poros se cierren, o bien, para evitar ello se puede contar con un traje contra polvos y gases, al igual que la máscara, pero el costo se eleva a los cielos y nadie los utiliza.

Mientras se escarbaba turnándose y ahora sí sin hacer caso al uso de solo la pala, la raza estaba muy animada. Ramón solo veía la acción. Fui por la herramienta en donde habíamos descansado para dejar que se airara el pozo junto con Miro. Ya se había despejado el cielo y la luna alumbraba el monte a unos 150 metros, cuando de lejos vimos como Ramón se retiraba del pozo caminando rápido y cayó en seco al piso.

Todos corrieron al lugar y Ramón empezó a convulsionar.

CONTINUARA…