lunes, 5 de septiembre de 2011

Machaca Fest. Cap. 4. Celso.

Dale Play!!!


No lo podía creer, el cantante de mis orígenes musicales se hacia presente con la clásica de Aniceto Molina, la Cumbia Sampuesana. Ello convirtió a la raza asistente del Machaca en un trance en donde la gran mayoría bailaba.

Muchos ni sabían ni que pedo pero sabían del folklore que representaba tanto para monterrey en sus barrios bajos como en Colombia, y se entregaban a dicha rola sin mas.

Fue así como comenzó prácticamente el día en el Machaca, cuando la raza en ambiente entro en paroxismo a tanta “violencia” acumulada por meses en la ciudad. Todo era fiesta y todos se habían olvidado de lo que sucedía en la urbe, solo nos hacíamos de esa realidad cuando las bandas hacían alusión a ello y lo chido de que estuviésemos reunidos en la histórica Monumental Monterrey.

Del ruedo, se desprendía el polvo generado por el baile de la raza, quien en su mayoría con sentimiento se movía de un lugar a otro como cuando se despidió de los ruedos Eloy Cavazos en el 2008.

Después de varios intensos bailes Celso se quito el Acordeón ya que menciono que la siguiente rola no tenía nada que ver con ello. “Aunque no sea Conmigo” se dejo sonar comenzando un coro casi generalizado como diciéndole la gente que con ello se daba por satisfecha, pero apenas era el comienzo de la gran fiesta.

Al fondo en las gradas, se notaba sentado y sin camisa el Tipo de la Panza Abultada solo y triste. Era ilógico que quien encendió el ambiente en el brake, ahora solo veía como transcurría el evento con envidia a la raza quien mostraba rostros felices.

En un costado de la plaza también en las gradas, estaba un tipo con todo el perfil de ser un Napoleon Dynamite, quien con su vestimenta Nerd bailaba sin cesar sintiendo el ambiente corriendo por sus venas.

A un costado de mi, la hermosa güerita de los pechos bellos. (Suspiros)

Todos querían más. Celso fue demasiado prendido, que pensábamos que el haber determinado poner a Celso antes de Genitallica era un error, en vez de que fuese colocado antes de la tocada de el Gran silencio. Estábamos equivocados.