sábado, 3 de septiembre de 2011

Aporreado por los soldados. El diente de estrellita.


Nunca supimos su nombre, la mejor referencia a él era su diente de estrellita. De camisa apretada tipo metrosexual o Gay en potencia, me encaminaba más a catalogarlo por lo último. La raza no me daba la razón, me decían que era una vestimenta habitual. Lo que ellos no notaban mucho era su famoso diente de estrellita.

De entre su risa burlona y gandaya tema del que no me adentrare porque se trataba de negocios, se le podía notar el diente de estrellita. No era de oro, era una aleación color platino quizás de ese material y en el centro se encontraba la estrellita.

Ello incomodaba mucho, ya que como cuando estas con una chica de buen busto no puedes evitar bajar la mirada así pasaba con el diente de estrellita, quien uno le miraba el pinche diente incrédulo de lo que se veía, UNA PUTA ESTRELLA.

En fin, el tipo del diente de estrellita se dedicaba a la venta de pinturas automotrices. Único proveedor en García de su tipo era quien le surtía a los talleres de carrocería de la localidad. A su vez, tenía el servicio de renta de equipo de pintura como lo es la pistola y el compresor.

Un día, los malitos decidieron pedirle prestado el equipo para pintar uno de los carros que poseían. Ello era muy recurrente, ya que la se les reconocían muy a menudo los coches en los que se trasladaban.

Cierto día, los militares atoraron a los malitos y dieron con el Diente de Estrellita como el proveedor del material con que se pintaban los carros. Siendo proveedor y dedicado a ese negocio, no se salvó de unas cachetadas en el interrogatorio siendo soltado varios días después.

El Diente de Estrellita volvió a las calles todo cacheteado y siempre con su sonrisa reluciente, aun tratando temas delicados con tal de presumir su diente no dejaba de sonreír.