Amanecía en García. Una linda mañana como en cualquier Pueblo. En la ciudad las mañanas no se aprecian muchos por que recién sales de tu casa y ya estas envergado.
Me dirigí al trabajo a pie. Tardaría 45 minutos en llegar. A medio camino vi a unos 100 metros como un oficial de tránsito dialogaba con el conductor de un carro. Obviamente momentos antes lo había parado por alguna infracción pensé.
Mientras más me acercaba pensaba si al oficial lo conocía. Ya a punto de llegar al lugar a unos 10 metros note el movimiento de sus labios al hablar al interior del coche. Estaba del lado del copiloto agachado con la cabeza casi metida al interior platicando con el “infractor”
Al pasar de lado me di cuenta que en el interior no había ningún conductor. Cuando pase el oficial se quedo callado pero siguiendo viendo al interior.
Pase unos metros por delante y volteaba a cada rato a ver la escena y el oficial seguía hablando. No sé si se tratase de una práctica al sentirse inseguro por multar, o quizás el oficial se estaba haciendo pendejo por si alguien en el semáforo se pasaba de lanza y este de reojo lo vería, como un señuelo pues. La verdad no sé del porque esa actitud del oficial, quizás, se haya tratado de una multa fantasma.