Erase una tarde en las carreteras de Nuevo León cuando circulaban en la misma Don Marte y su asistente. Don Marte, hombre de edad ya avanzada y de confianza de su patrón, iba en la ventana del copiloto cuando se percato de un reten militar.
A ambos los militares los bajaron y mientras el asistente se cercioraba que la revisión del vehículo fuese normal, Don Marte no se pudo quedar con la duda y cuestiono a uno de los chaparritos.
-¡Oiga primo! ¿Cuantas balas le caben a esa cosa?
El asistente muy ocupado con los militares supervisando la revisión de la camioneta al acabar esta Don Marte le habla en voz alta.
-Mire Doc, ¿Como me vería en una foto con esta cosa?
Don Marte tenía en sus manos la metralleta de aquel soldado del cual se gano la confianza. Así era Don Marte, tenía un carisma tan bueno que toda la gente caía ante su personalidad.
Eran buenas épocas.