sábado, 14 de agosto de 2010

¿Donde la meterían?

Era la pregunta que me hice cuando al estar esperando el colectivo a las afueras de la estación Cuauhtémoc del metro, un par de tipos se les perdía la mirada en el trasero extremadamente grande de una vieja.

Anonadados ante el inmenso culo se les hacia agua la boca y mientras se perdía dentro de la estación se imaginaban mil cosas.

Cierto es que una gorda o rellenita ahorca más, pero ya a ese extremo estoy seguro que ni la punta de los tipos les llegaría ante inmenso trasero que se cargaba la vieja.