sábado, 9 de julio de 2011
Carambola Rock Bar. Día 8-07-11. Capitulo 2.
El ambiente entre la raza estaba a punto. Fueron muy pocas las melodías tocadas cuando mas que invitación el vocalista de Tequila Rock, le pidió apoyo a Lupillo para un palomazo el cual denotaba un merecido descanso al titular.
Placentero en la barra como cualquier mortal “perdido en el alcohol”, el Lupillo hizo caso del público que lo coreaba para que se subiera al escenario. Fue un vuelco total en el ambiente cuando hizo contacto con el público que tanto deseaba interacción.
El mismo mesero gustoso de lo que presenciaba estaba en ambiente y la gente pedía rolas a mas no poder. Todos se sorprendieron y hasta suena raro el decir lo de la sorpresa, pero así fue, cuando a nadie del público hicieron caso y empezaron a tocar The Trooper. El ambiente estaba a tope lo cual provoco que un tipo se levantara y frente al grupo se supone estaba bailando. Era un trance tan peculiar en el que se encontraba generado por el alcohol, pero era a tal grado que asimilaba estar en un profundo viaje de LSD. La gente lo coreaba al vaivén de sus pasos y hubo un silencio total cuando de pronto se agarro la bragueta. Por un momento pensé que empezaría a orinar y toda la gente estaba a la expectativa. Las chicas hacían como que no querían ver y para fortuna de la raza el tipo solo se ajustaba el cierre cerciorándose de que no estuviese bajo. Ya checando el dato volvió al trance de la música y la gente salió de la expectativa y siguió con el ambiente.
Fue en esos momentos cuando note la inmensa calidad de baterista que se cargaba Tequila Rock. Totalmente poseído se entregaba a la rola como si en ese momento la estuviese diseñando. Desde un principio y en el transcurso del evento nunca bajo la guardia y se pudiese decir que fue perfecta su participación.
Al Lupillo lo regresamos al escenario varias veces ya estando a punto de bajarse hasta que llegamos a la triste realidad. No del todo ya que de entre las rolas que tocaron se dejo escuchar Heartbreaker de Grand Funk. Fue en el preciso momento en que me dirigía al baño. En el trayecto y mientras miccionaba pensé en lo choteada que se estaba convirtiendo la rola no tocada antes tan frecuente como hoy en día en los bares. Pensé en dejarla de disfrutar por un tiempo. Llegando a la mesa seguía indiferente ante la rola. Esa maldita posesión del baterista me convirtió de nuevo a ser devoto de tan famosa rola. Era tal el poder y exactitud de sus notas que Ulrich seria un pendejo ante el. De hecho se merecía cosa que nunca le he aceptado, poner la batería al frente como el protagonista de Urich. No se si fue la enjundia del publico o la ignorancia a tanta chaviza que casi todos aplaudieron el anunciado final de Heartbreaker, pero eso no importaba al intenso ambiente que se vivía.
Todos estaban eufóricos cosa que provoco que el “Amigo de todos” gritara a mas no poder ¡ARRIBA LOS TIGREEEES! No causo mucho efecto a lo que se la regrese con un… ¡BU! Así, frio y seco.
De pronto “la porra de Palcos” apunto hacia el lado de mi mesa ya que tenia de vecino al tipo de la bragueta, a lo que todos al unísono le gritamos, ¡FUA! ¡FUA! ¡FUA! ¡FUA! ¡FUA! ¡FUA! El tipo quien ya estaba dormido en su mesa despertó sacándose de onda e integrándose, alzo sus dos brazos al aire en señal de autoalabanza. Fue en ese momento en que el público asistente se había convertido en uno mismo.
La noche apenas comenzaba.