sábado, 4 de diciembre de 2010

El roba amigos.

Creo que es el apodo más ridículo al cual se me ha jactado. No lo digo absurdo, ya que pensaba así en un principio pero solo hace unas pocas semanas me cayo el veinte de que si lo era.

Realmente no tengo la culpa. Es parte de la corriente natural de mi destino. Recuerdo al respecto que de morro, en mi pubertad hubo una época en la que estaba muy aislado de la vida social. Llego mi adolescencia y tenía cierta fama, de pachanguero, social, etc. La gente siempre me seguía e inclusive me molestaba el hecho, debido a que había ocasiones que no me agradaba tener tanta gente a mí alrededor que me ahogara con sus preguntas. Fue en aquel tiempo que me hice de la fama de “tu que todo lo sabes y lo que no lo inventas”. Esa frasecita me perseguía a cada rato.

Al respecto, realmente nunca me he inventado nada. Ante quienes me rodean siempre he sido muy sincero. Esa sinceridad al principio a muchos no le agrada, pero siempre terminan dándote la razón aunque en muchas de las ocasiones no quieran demostrártelo. He aprendido que a la gente le agrada eso, la sinceridad. No de inmediato, de inmediato se molestan y te tachan de infinidad de cosas, pero al verse reflejado sus errores se dan cuenta de quien tenía la razón y aprecian mucho eso.

De todo lo anterior se preguntaran ¿Y qué tiene que ver eso con el apodo del roba amigos? Simple, yo no busco a la gente, si se tiene la oportunidad de platicar con la misma estas siempre terminan gustosas de haberme conocido. De ahí parte el hecho de que surja una amistad en común de algún hermano, de algún amigo, de algún conocido de un conocido, del trabajo. Para cuando acuerdas le hablas con toda normalidad a toda la gente que algunos sienten un poco de celos de amistad. Dentro de mi ignorancia no me cabía en la mente que existieran celos de amistad, lo cual genero el concepto del Roba Amigos.

En las últimas semanas no es que me haya agobiado el asunto, pero me he dado cuenta que todo el mundo me quiere presentar a sus amigos. Desgraciadamente por teléfono no distingo quien es quien y en ocasiones que se ha vuelto muy recurrente, con respecto a las viejas siempre les digo un nombre que no es. En un futuro eso sería un pedo. Pero si me molesta un poco el no recordar de repente los nombres de mis amigos, peor aún las viejas se sulfuran de a madre cuando les llamas por otro nombre. Lo chido del asunto es que así te das cuenta que no valen madre a futuro, si hay celos en la amistad imagínense en un noviazgo.

Realmente si lo quisiera me ganaría el título de el roba teiboleras, pero bueno, ya me siento un poco ridículo con ese apodo encima, el roba amigos.