Dale PLAY!!!
Se dejo venir el Gran Silencio en medio de una algarabía colectiva y sin parar todos bailaban y se la pasaban a lo grande.
La güerita de los pechos hermosos estaba acompañada de su galán, cuando nos sorprendió que este estuviera bailando con ella en compañía de un desconocido. Nos quedamos con cara de “¿Qué pedo?… ya hasta ellos se salieron de control”
Detrás de nosotros un par de chicas y sus acompañantes estaban sentados viendo el evento ya que no podían más, o se cansaron o no supieron administrar sus dosis de alcohol.
Subir las escaleras después de ir al baño te daba un bajón. Ello por el alcohol encima y el intenso cotorreo. Ya al final se sentían tan pesadas que pareciese que se estuviera subiendo a un cerro de la localidad.
El polvo por doquier. Algunas pequeñas quemas de camisetas en el ruedo ya habían convertido la noche en un vil aquelarre, donde los demonios nos alentaban a hacer loqueras cada vez mas intensas.
Pensando entrar gratis al evento o que se yo, no falto la aparición en cada grupo del Pachuco local, quien ya hasta fastidiaba con sus pasillos, lo anterior, ya que el ambiente estaba a mil, que algún invitado como el en el escenario pasaba totalmente desapercibido.
El nombre del Festival era un poco raro, ad hoc con la ciudad nos era imposible creer que con puro sonido nacional la raza estuviese tan prendida. Al tiempo de disfrutar de la música del Gran Silencio, me cayo el veinte del porque del nombre, era una mezcolanza como una machaca, con vista del platillo mala, (Monumental M) pero con un fuerte sabor a Regio como la machaca tradicional. Rica y con un sabor exacto que te llevaba de menos a mas, esperando que no se acabara la tortilla de harina para seguirla degustando.
El Gran silencio había acabado de tocar y la raza ya estaba llena. Pero como siempre en una buena cena Regia con tortillas de harina recién hechas, no nos parábamos de la mesa para darnos un impulso y esperar la noche a soñar la tan pesada cena... Así, por siempre.