viernes, 30 de septiembre de 2011
Cooker Spanish.
Salí para jugar un poco con los perros de mi hermana, quienes estaban un poco inquietos. Al abrir la puerta se me dejo ir para dentro de la casa el Coky y no lo pude agarrar. Al estar liando con el Dodo le decía que me aguantara nomas que sacase al Coky.
El Dodo se perdía de mi vista en el patio y en una de esas aproveche para rápidamente abrir la puerta y sacar al Coky. Cuál fue mi sorpresa que mientras lo hacia el Dodo ya venía hecho madre y se me metió también a la casa.
Ya adentro pesque al Coky y estaba discutiendo con él, el por qué del abuso de la confianza, si yo se la había dado totalmente y él se aprovecho para meterse a la casa. Sentado mientras discutía con él en la puerta del cuarto de mi hermana ya que si se meten ahí se esconden debajo de la cama y sería muy difícil sacarlos, el Dodo salto sobre de mi. Solo atine a decir que por qué tanta violencia.
Después de unos minutos ya los sacamos y mientras tomaba agua en el fregadero los dos me veían con cara de burla, aun así pude desquitarme gritándoles que jamás me harían eso de nuevo.
El nombre del Dodo la desconozco, tengo entendido es un personaje de una caricatura. Es hijo del Coky. La historia por su parte del Coky es un poco cruda.
Perico era el apodo de un tipo que vivía en la Consti de San Nicolás. Era técnico en contabilidad y trabajaba para la Marínela. Un día se enamoro perdidamente de una vieja y termino rechazado incursionando en las garras del alcohol. Así, fue como perdió su trabajo en la Marínela y termino haciéndole los mandados a los vecinos con tal de conseguir para una Caguama. De vez en cuando se iba por ahí a buscar algo que robar si los mandados estaban muy escasos.
El Coky era un perro callejero. Había terminado así ya que se había perdido en la zona de la colonia Hacienda los Morales. Detrás del HEB escondido en unas cajas le ladrada a los transeúntes y mi hermana siempre pensó que era bravo.
Un día, el Perico llego con el perro a lo que lo llamo el Coky, por lo de Cooker Spanish. Se lo ofreció a mi hermana cuando tanto a ella como a la demás gente que se le acercase a Perico le ladraba. La compra estuvo en 50 pesitos, justamente para dos caguamas y un par de cigarros sueltos.
Mi hermana mando a desgarrapatizar al perro y bañarlo además de hacerle un corte de pelo. Quedo reluciente y feliz.
Paso el tiempo y un día el Perico llego todo alcoholizado. “Coky hola!!!!” El Coky solo atino a ladrarle desconociéndolo.
Paso el tiempo y mi hermana se mudo a Ébanos en Apodaca trayéndose al Coky. Este engendro al que le llamarían el Dodo y una hermanita quien vive por la zona.
Perico, a los pocos años término muerto por cirrosis.