viernes, 14 de enero de 2011

En busca del tesoro perdido.

Según las leyendas y relatos de décadas pasadas, se pudo dar con el lugar al cual se le denominara El Punto. El punto es el lugar donde específicamente se excavara. No es un simple lugar en donde ya por que se aparecen seres del mas halla ya se tiene por estipulado que en ese lugar hay un tesoro, para ello se debe de practicar la radiestesia. Pseudociencia con una antigüedad de más de 4 mil años.

Lo que nos impulso a dar con el punto, fue un relato de un tipo el cual me reservare su nombre, quien dijo que días pasados, debido a que no tenia lana por que no estaba trabajando debido a una incapacidad, junto con un grupo de camaradas se disponían a robar en el monte a los transeúntes. En una de esas, ellos pensando que venía gente a caballo se ocultaron para hacerles frente pero al salirles al paso no se encontraron con nada. Se dedujo que el sonido era de una carreta que viajaba a gran velocidad.

Esa carreta en sí según la historia era una diligencia que transitaba por donde antiguamente lo hacía muy común. El lugar y la travesía la mantendré en secreto por obvias razones.

Años anteriores, se tenía de referencia un relato significativo al respecto, por un lugareño de muy respetado renombre e importancia histórica en la zona misma que también me evitare dar su identidad por obvias razones. Dicho personaje relataba que cuando iba en su carreta camino a su rancho vio una mujer vestida de blanco misma que caminaba rumbo al punto. Solo dio a conocer su relato a los familiares más cercanos y quedo como antecedente para nuestra expedición.

Llegaron ante mí los involucrados. Yo, Juanito, Joaquín, Kike limones, Junior así como Misa. Los 5 nos dirigimos a la zona y antes de detectar el punto tanto Misa y Joaquín sacaron las varillas de radiestesia. Antes ya Misa había hecho una oración al respecto. Las Varillas en si no tienen por qué tener una oración, es solo la fe de cada quien que realza la energía de quien las utiliza para lo que buscara. Las Varillas marcaban a ciertos puntos aun no establecidos, algunas veces más fuertes que otros.

Decidimos subirnos a los vehículos y más adentro de la zona se probo nuevamente las varillas indicándonos varios puntos, estos algunos más fuertes que otros. Debido a que las Varillas eran de Romero, se supone tenían un alcance de un kilometro. Se tenía también un juego de Varillas de Cobre mismas que no se utilizaron. Todos juntos estábamos a la expectativa de lo que marcarían las varas. Kike Limones como siempre tratando de tener liderazgo según el predecía hacia donde apuntarían las varillas, pero nunca le atinaba. Fue en ese momento tan recurrente cuando se deslindo del grupo y en una zona a unos 50 metros en medio de la oscuridad, se sentó en una pila de piedras y comenzó a rezar. Mientras tanto el grupo seguía unido esperando tener una respuesta positiva para encontrar el punto.

Había unos arbustos que me llamaba mucho la atención, y le decía al grupo que nos dirigiéramos en esa dirección. Así lo hicimos y fue ahí donde empezaron a suceder cosas misteriosas.