viernes, 14 de enero de 2011

En busca del tesoro perdido 2. Apariciones.

Junior y Juanito probaron las varas pero no las utilizaban correctamente. En la Radiestesia se supone que toda la gente tiene la capacidad para usarlas, pero solo algunas desarrollan una capacidad no muy común y eso lo note al instante. Les mencione que les devolvieran las varillas a Joaquín y Misa, fue en ese inter cuando Joaquín vio una sombra que estaba al lado de Kike Limones mientras estaba rezando, pero mantuvo su silencio.

Ya teniendo nuevamente las Varillas Misa y Joaquín, estas apuntaban hacia los arbustos que tanto me llamaban la atención. Pasando un poco esos arbustos se quisieron pasar de largo pero les hice hincapié a que checáramos ese punto. Era algo significativo que ese pedazo de tierra me llamase la atención.

Se cuadro en circulo y las varillas apuntaban al centro del lugar donde me llamaba la atención y en el mero punto las varillas se abrieron cada par hacia afuera indicando la importancia de ese lugar.

En medio de la inquietud y de la novedad se escucho un grito de un tipo a unos 20 metros. Ya Kike se nos había unido y nos menciono que un ser le había palmado el hombro diciéndole que nunca había escuchado a alguien rezar como lo había hecho. A su vez ese ser que no vio le menciono que nosotros lo estábamos llamando y fue así, ya que Joaquín había preguntado en donde se encontraba Kike.

Realmente por la seriedad del asunto solo dábamos por hecho lo que sucedía para con nosotros, y no tomábamos en cuenta lo que decía Kike, más que nada por lo rollero que es. Pero una cosa si es cierta al respecto, que Joaquín había visto una sombra al lado de él, lo que corroboraba lo del tipo que supuestamente le había dado una palmada en el hombro.

Se escucharon unos coyotes a lo lejos lo que nos alarmo en un momento pensando que era un grito de alguna mujer, pero nos cayó el veinte casi al instante de que solo se trataba de animales.

Mientras hablábamos al respecto del punto dudábamos si escarbaríamos en ese momento o no, o al amanecer. Fue en esos momentos que Juanito se separo del grupo a unos 30 metros perdiéndolo de vista. Misa puso una cruz de madera en el punto y sintió un fuerte dolor en la nuca que termino por quitarla casi de inmediato. Al poco tiempo regreso Juanito alarmado diciéndonos que nos retiráramos ya que “estaba muy grueso el pedo”. Todos sin chistar le seguimos el paso que era algo acelerado. Rumbo a los vehículos íbamos en fila india y yo era el penúltimo buscando de reojo a Junior quien era el ultimo. Aquellos que iban al principio voltearon y vieron que detrás de Junior nos seguía una sombra a tan solo unos 10 metros.

Llegando al vehículo sacamos nuestras conclusiones de todo lo que nos sucedió y Kike y yo queríamos regresar, mas sin embargo Juanito dudaba aclarándonos lo que había vivido y nos menciono que lo dejáramos para el siguiente día. Lo que le sucedió fue de que escucho como que tiraban enfrente de el una gran cantidad de piedras. Eso bastó para que entrara casi en pánico y nos retirásemos.

CONTINUARA…