lunes, 21 de mayo de 2012

La violencia exterior como un factor determinante de necesidad para seguir adelante.

Cuando no se tiene una personalidad netamente propia, la gente mira en la desgracia de los demás el impulso que le es necesario para seguir con su vida llevaderamente sana. Así, una persona con sentimientos vagos necesita de cierta atención e integrarse a un círculo social sin importar cual fuese la ideología del mismo, políticas, sentido para con la sociedad, etc.

No se es parte de ese circulo social si no se esta enterado del acontecer de su entorno. Mucha gente vio en la tragedia del Casino Royal algo mucho mas importante que la novela del canal de televisión de al lado. No lo veían en el aspecto humano de lo que representaba, o en que había terminado la violencia de la ciudad, gran parte de la población lo hacia con morbo. Generado principalmente por que era la nota del día y se debía llegar al trabajo al siguiente día con el tema del momento, o de lo contrario te encontrabas Out.  

No existe un país en todo el orbe, en donde sea recurrente esa especie de morbo el cual poco a poco y sistemáticamente se esta convirtiendo en negocio. Solo en México.

Basta con ver cada final del futbol mexicano como la acontecida el día de ayer. En Europa debido a diversas trivialidades del juego dan como compensación 2 o 5 minutos extras de tiempo después de la duración oficial del partido. No, no me ando quejando del tiempo de compensación que dio el arbitro de tan solo 4 minutos; no me compares con el mortal que eres tu. A lo que quiero llegar, es que viendo el futbol mexicano a como acontece, se necesita de un tercer tiempo que compense el tiempo perdido de los dos primeros. Solo en este país los jugadores vuelan faltándoles tan solo las cuerdas para hacer de ello un ring. Solo en este país hay recurrentemente sangre en las frentes de los jugadores. Solo en este país el jugador no sabe que hacer con un balón al dejar botar el mismo, o lanzarse dando la vida por el esférico.

Que triste que la gente necesite de todo ese show de desgracia, violencia, sangre y angustia a falta de una novela con intriga y muy buena historia, que a final de cuentas es lo mismo.

Lo más patético, es que ahogado tu sueño de ser campeón, la gente aun festeje para sacar todo el odio y orgullo que se tiene dentro para contrarrestar la envidia de los aficionados del otro equipo local. Y que tristemente es, que los aficionados del otro equipo local, festejen el campeonato de un equipo que ni es el suyo, el cual odian, y que por si fuera poco esta rumbado en medio del triste desierto, claro esta que eso no le quita lo buenos que son. (Lo del desierto fue solo para dramatizar)

La gente necesita violencia, de sangre, de acción, de faramalla. No por que quiera ser parte de ella. Es algo como la violencia generada en el Teatro Romano, donde la multitud se excitaba, no por ver como asesinaban a un Gladiador, sino por la sangre que de el emanaba. Esa excitación los llevaba a la lujuria sexual al salir del recinto, esperándolos afuera del Coliseo hasta 10 mil prostitutas quienes servían para su desahogo sexual..

En la época moderna no te puedes desahogar. La chica regia por lo general no le gusta que se la cojan estando pedos y con apeste a sudor. Más aun si le añadimos que esas condiciones son derivadas del futbol. (Sobre todo por que no tienes las piernas de un futbolista). Ahí es donde entra un ciclo muy importante en la vida del individuo, atrapado cada día en las redes de la afición, no pudiendo salir jamás ni siquiera yéndose el equipo a Segunda División… perdón. Primera A. Claro esta, si tan solo tuvieses un poquito de autoestima.

NOTA: El Estadio Universitario tiene una capacidad para 42 mil espectadores. El Coliseo Romano la tenia para 50 mil. Una diferencia de 8 mil que reflejan la falta de evolución de la especie. La gran diferencia es la falta de putas en las afueras del recinto, quizás, por que están en casa.