jueves, 3 de noviembre de 2011

Chavo Jones. Salado hasta los huevos.


Pedro es un habitante más del Pueblo de Huinala, en Apodaca. Heredo una casa de la cual sus abuelos siempre le dijeron que había dinero. El nunca hizo caso a las advertencias de los abuelos. Estos fallecieron.

Pablo quiso ampliar un cuarto y un arco le impedía ello. Le pidió a un albañil que derribase el arco y este lo hizo sin la presencia de Pablo. Con un gran mazo en el primer golpe que le dio al muro del arco se encontró un jarro lleno de monedas de oro. Pedro cuando llego solo vio parte del jarro y el albañil ya no se encontraba.

Pasó el tiempo y encontró al albañil al cual le reclamo. Este le dijo que le hiciese como quisiera, al cabo tenia lana para pararle el pedo. El Albañil ya se había hecho de unas tierras y propiedades.

Paso el tiempo y Pedro contrato a otro albañil. Paso lo mismo. No fueron dos veces sino tres albañiles los cuales se le habían ido de gane con el Oro escondido.

Sus abuelos habían vendido parte de la casa a su ahora vecino. Este, quiso un día renovar el piso y a poca profundidad mientras escarbaba le llamo a Pedro.

“Mira… ya te chingaste de nuevo”

Le dijo a Pedro a quien se lo tragaba la tierra de la impotencia.

Sin querer, Pedro había perdido 4 tesoros de su misma casa… Estaba salado hasta los huevos.