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En mi cartera cuento con 50 pesos. Para muchos no es nada, para otros un
par de Caguamas o una cajetilla de cigarros; para mí, sin importar que me
quedase sin dinero, significa mi pasaje al centro de la ciudad con todo y aguas
para refrescarme. Significa que tengo los medios para asistir a la mega marcha.
Cruzo la calle de mi banqueta y agarro el colectivo que me llevaría a
dos calles de la plaza de Colegio Civil. Bajh, no hay nadie. La convocatoria
citaba a los manifestantes a las 3 de la tarde. Faltaban tan solo 15 minutos y
la poca gente que se encontraba me recordaba aquel día en que mas de 10 mil
maestros me dejaron solo en la plaza Zaragoza.
En el cruce de Juárez y 5 de mayo espero a mi amigo Arturo, compañero de
lucha. Viene desde Juárez a unirse a la causa, es por ello que se le ha hecho
un poco tarde.
Enciendo un cigarrillo mientras observo a la gente pasar. Me resguardo
del sol frente al mostrador de las Fantasías Miguel. Miro cada uno de los
objetos religiosos sin sentido; como un adorno de “Mi Bautizo”. Como si el
infante ya supiera leer, y al saberlo, le recordasen que es su bautizo. La
gente aun no sabia etiquetar fotos, o guardar las mismas especificando a que
evento pertenece, ahí tienen a las Ñoras comprando arreglos que contenían la
leyenda “Mi bautizo”.
En fin. Poco a poco la plaza estaba acaparando a más gente. En la
esquina que me encontraba un chaval de no más de 25 años instaba a los
transeúntes con una bocina parlante a que se unieran a la Marcha. Nadie
le hacia caso, se enfocaban a comprar sus fantasías o chucherías, algún durito
preparado o bisutería China.
Me acompañaba gente que se uniría a la Marcha. Ellos como yo nos
resguardábamos del sol que tupia la plaza. Jóvenes con atuendo de camping,
señores solitarios que esperaban a que comenzara el movimiento, etc.
Arturo llego por fin. Compramos algo de beber y nos unimos a la
muchedumbre que ya abarcaba un 30% de la plaza. Aunque era una reunión
apartidista, un señor de la tercera edad en bici y bandera del PRD, circulaba
entre la raza alzando la voz a duras penas, “Voto por voto, casilla por
casilla” Si estuviera en un juicio en un país en guerra, seguramente el juez le
diría “No ha lugar”, claro esta, seguido de una buena cachetada que le dejaría
marcado el rostro.
La cita era a las 3, conforme pasaba el tiempo comenzó a llegar más
gente, así que la marcha se retraso un poco. A final de cuentas estábamos en
México, hasta para protestar el mexicano llegaba tarde. Creo que si se quiere
cambiar el país debemos iniciar por uno mismo y después decir a los 4 vientos…
“Ah por ellos!!!”
Entre los asistentes no falto un perdido pseudo punk balín que portaba
la bandera de la Anarquía. No había tiempo de explicarle lo que representaba
dicha bandera, ojala que aquel juez del país en guerra estuviese para que lo
agarrara a patadas por su ignorancia y al final, un sonado pericazo en la
frente.
Vivíamos el momento. Comenzó la movilización, no sabíamos lo que sucedía
en el resto del país. Ese día, haríamos historia en México y el mundo.
El contingente agarro por la calle Washington. Transito de Monterrey se
coordinaba con los organizadores para checar los pormenores de la ruta a
seguir. Como queríamos fotografiar el evento nos adelantamos a la avanzada. En
el trayecto me tope a Margarito quien salió de la calle Juan Méndez con un
pequeño grupo de personas al parecer familiares.
La gente comenzó a corear al unísono sus reclamos. “ESCUCHA, GAVIOTA, TU
MARIDO ES UN IDIOTA”. Así, por fin dimos con la avanzada en Cuauhtémoc. La
marcha se dirigía rumbo a las instalaciones de Televisa Monterrey rodeando la
Alameda. El contingente cubría más de 7 cuadras. Era impresionante ver el ánimo
de la gente que no se caía a pesar del intenso sol que pegaba en nuestras
cabezas. Muchos no iban preparados. Una señora transitaba sin ninguna compañía
más que la unión de la causa con un pegote en su espalda. “Despierta, lee,
crea”. Su gran paraguas la cubría ampliamente y así, solitaria marchaba por sus
propias convicciones, sin ningún acarreo que la empujase a protestar, quizás
vecina de la zona, o quizás llego a la marcha como yo, que con mis 50 pesitos
que me quedaban para la semana opte por tratar de cambiar a mi país.
Se agarró la calle Villagómez para tomar posteriormente Espinoza. Se
insto por parte de la avanzada que se guardara silencio al pasar frente a las
instalaciones de Televisa, además de que alzaran sus carteles. Una decena de
fotógrafos Diokiz nos tomaban fotos para el recuerdo de nadie. Me refiero así,
debido a que los medios no hablaron mucho del tema.
Se paro el tráfico de la Avenida Cuauhtémoc hasta que no pasara todo el
contingente que se dirigía al Norte. Ya pesaba un poco la marcha, que era
relajada al repartirse agua por parte de los organizadores. Al llegar a la
avenida Madero mas gente se agregó al contingente al ser llamada al grito unísono
“¡UNETE, UNETE, UNETE!
“¡A TI QUE ESTAS MIRANDOOOO TAMBIEN TE ESTAN ROBANDO, A TI QUE ESTAS
MIRANDOOO TAMBIEN TE ESTAN ROBANDO”
Muchos eran los que se quedaban anonadados al ver la cantidad de
marchistas, otros al vernos alzaban la mano en señal de apoyo, así como uno que
otro automovilista que pitaba alentándonos a seguir con la marcha.
Como si tuvieran cámaras por todos lados, pronto me acabe mi agua cuando
paso una mujer diciéndome que ella se encargaba de la basura, le di el bote y a
paso muy veloz la mujer veía por los suelos y los brazos de los marchistas
buscando basura que incomodara a los marchistas.
Era impresionante la organización, salvo el equipo de sonido con que
contaba la avanzada que tristemente apenas se alcanzaba a escuchar. Sonido que
era transportado por una unidad de un modelo muy viejo. Por tal motivo, le
mencione a Arturo que seria lo que pasaría si la camioneta se descompusiera, a
lo que me contesto; “Pos a pucharla, al cabo somos un chingo”.
Bueno fuera que se hubiera descompuesto, el puche masivo de la camioneta
le hubiera dado un toque de espíritu a la Marcha. Menciono un toque, ya que la
gente de por si estaba ahogada en entusiasmo al levantar su voz ante la
injusticia de las autoridades.
Bajando por la Avenida Juárez se unió más gente al
grito de “¡UNETE, UNETE!” Un par de edecanes de Telcel con su clásico atuendo sexy
veían pasar la Marcha. Se dejo escuchar al unísono “¡A TI QUE ESTAS
BAILANDOOOOO TAMBIEN TE ESTAN CHINGANDO, A TI QUE ESTAS BAILANDOOOOO TAMBIEN TE
ESTAN CHINGANDO!”
Las chicas con experiencia en mostrar su lindo
cuerpo a la gente, se cohibieron sintiéndose chiquitas ante el poderío de las
masas.
La gente estaba más que animada al subir la
pendiente de Juárez y Padre Mier. Desde ahí se veía lo fuerte del contingente
ya que solo los que observaban y no participaban, sabían de la magnitud de la
Marcha. Aquellos que participamos, unidos no salíamos de las filas sin darnos
cuenta hasta ese momento, del movimiento tan grande habíamos iniciado.
Al pasar Morelos un poco más de gente quienes se
encontraban de compras se unieron a la marcha. Todo indicaba que no se habían
enterado de la misma, el hecho de toparse con el contingente y lo que se exigía
y reclamaba, hicieron que se olvidaran del placer de hacer sus compras para
soportar el calor que esa despejada tarde se daba en Monterrey.
Doblando por Ocampo la gente ya no sentía el
agotamiento, debido principalmente por que el estado de ánimo era muy positivo
al ver que los pocos que se encontraban en Colegio Civil, se habían
multiplicado 10 veces mas.
Gustosos caminábamos ya sobre la Plaza Zaragoza ya
que el vehículo de la avanzada sin mas se cruzo de manera braviada la misma,
aunque quizás fueron ordenes de transito de monterrey que hiciera tal maniobra
evitando rodear el Palacio Municipal; La maniobra sirvió para que el General
Zaragoza nos indicara cual era el camino a seguir, camino que nos conduciría a
la Explanada de los Héroes.
Era un espectáculo ver el túnel lleno de gente que
animosamente gritaban al unísono sus reclamos, reclamos que exigían un país
mejor, y no el simple hecho de jugar bien un puto torneo de futbol.
Al llegar a la explanada, los ánimos de consciencia
social hacían en muchos un nudo en la garganta. Muchos veían con simbolismo a
los personajes quienes nos protegían, Hidalgo, Juárez, Morelos y Escobedo. No
nos importaba interrumpir el descanso eterno de Aramberri, Naranjo, Bernardo
Reyes, Mier, Zuazua, Villarreal y Pablo González, valía mas pelear por la
verdad y que mejor que dichos personajes nos hicieran compañía en nuestras
exigencias. Aunque pensándolo bien, Bernardo Reyes no tenia absolutamente nada
que ver en el asunto, aunque al menos fue un gran Neolonés adoptado.
Ya en la explanada, algunos estudiantes con el
precario sonido, tomaron la palabra con una serie de reclamos que eran leídos
en un borrador por aquello del olvido. Le concedieron el micrófono a dos
personas que habían vivido los acontecimientos del 68, un discurso de ellos por
cierto muy emotivo. Improvisando con sus palabras al momento y sin borrador,
reclamaban la imposición en que se había convertido la elección presidencial.
Paso a tomar la palabra una abuelita que acompañaba a sus nietos en la Marcha,
ella venia por sus nietos pero como aclaro en varias ocasiones, nunca pensó que
se llegaría a encontrar a gran cantidad de gente, lo cual le llenaba de
orgullo. Sus palabras fueron motivo para que la multitud la alabara, comenzando
así oficialmente en monterrey, el gran movimiento que se había formado.
FIN.