Son las 9 de la noche. Pablo cierra su local de tostadas de la Siberia. Es muy tarde. Todos los demás locales de las 6 a las 7 ya están cerrados. Están en zona de guerra.
La realidad no está muy lejos del término. La guerra de guerrillas esta al orden del día. Solo basta que se distraigan los maleantes y rápidamente de sendos disparos son derribados. No pasan más de 30 segundos del primer disparo cuando los cuerpos son desaparecidos subidos a vehículos los cuales me reservo su origen.
Por la noche no hay vehículos. Los que andan en la calle andan mal, dicen los vecinos del lugar. Se acabaron aquellos días que los pachangueros iban a Pueblo Nuevo a levantar prostitutas. Ellas están coludidas con diversas autoridades de ambos bandos. Se acabaron también los gustos excéntricos de sexo, donde podías coger con la mama y la hija al mismo tiempo y si te tocaba suerte, con la abuela.
Pueblo Nuevo en sus orígenes fue la colonia más grande de México, como en su tiempo también lo fue la Constituyentes de Querétaro de San Nicolás. Mientras más grande más anarquía.
En Pueblo Nuevo no existe la ley. Con precaución te puedes pasar el semáforo y no hay quien diga nada. Las autoridades no hacen nada ya que no saben quién va en ese vehículo.
Pueblo Nuevo pertenece al cuarto municipio más industrializado de México. Motor de Nuevo León es su lema. Con sus dos aeropuertos, una base militar y una base aérea es un municipio modelo, como lo dijese su Alcalde.
Extraño es el temor al cual le tienen muchos a unas camionetas blancas que circulan por el municipio. La gente dice que son escuadrones de la muerte. No precisamente del crimen organizado.
Apodaca no es como García, donde su Alcalde va escoltado con personal ex militar a todas las colonias que necesitan de su presencia en sus diversos programas. En Apodaca, el alcalde va con la más mínima protección.
Por la noche… Pueblo Nuevo es un toque de queda.
