Siempre he anhelado tener una secre. Por lo general mis asistentes son siempre pelados. En el jale en el cual me encuentro había una chica la cual me gustaba. Rubia, jovencita de no más de 20 años. Cuando la conocí me dije de aquí soy. Desgraciadamente nunca llego a ser mi secre, me dieron otra la cual estaba buena pero era muy decente. Esta no pasaba de 23 años, desgraciadamente renuncio.
Paso el tiempo y termine sin nadie. Mis aspiraciones a que el negocio creciera fueron desapareciendo poco a poco. Tenía todo planeado. Formar un equipo de trabajo de puras viejas como agentes de ventas por telemarketing. La historia del porque la perdida de mis aspiraciones es muy larga que no pienso contar. Fue aquella falta de aspiración que podía con el trabajo yo solo. Fue cuando llego Anita, mi nueva secre.
Realmente ni siquiera la pedí. Vi en ella la oportunidad de poder llegar tarde sin preocuparme o bien faltar en el jale cuando se me ofreciera. Ahora el problema es enseñarle. A sus 19 años es un ángel, con voz infantil, ojos cafés, siempre reluce en ella una sonrisa. La raza esta que se caga, el problema que como es mi asistente pues la tengo que respetar. Otro pedo es que pues sí, me transforme en su confidente en menos de dos días de trabajo.
Me gustan las viejas, el problema con ellas es que siempre me hago amigo de las mismas. Como la tiendera, una vieja que a sus treinta y algo de años y varios engendros siempre me regala una sonrisa y me coquetea. Mal pedo cuando esta su esposo, ella se transforma en otra persona y se vuelve muy cortante. Lo único bueno que he sacado de ella es que me fía tamales cada jueves.
En el caso de Anita y es porque realmente me vale, trabaja media hora al día, el resto se la pasa chateando y en el face. Siempre riendo es como tener a una teen en pleno libertinaje. Le tiene miedo a mi patrón por que la vive acosando, ella se refugia en mí acurrucándose y el patrón revienta en celos. Hoy le dije que el día de mañana quizás faltaría y se agüito. Mal pedo porque muchas secres son acosadas y por necesidad tienen que aguantarse.
Es un morbo de la raza el tener secres, las deseas un chingo pero cuando dependen de ti o trabajas con ellas las terminas apreciando tanto como hermanas.